Los informes de la extinción de la rana arlequín hocicuda (atelopus longirostris) por parte de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) parecen haber sido muy prematuros porque estas ranas habitan en los bosques nubosos de los Andes tropicales de Ecuador.
La rana arlequín hocicuda desempeña un papel importante en una batalla legal para detener un proyecto minero en el valle de Intag, provincia de Imbabura, porque según los expertos sería un desastre para la biodiversidad de los bosques.
El proyecto minero Llurimagua, de la empresa chilena Codelco y la estatal Enami de Ecuador, se ubica en un bosque nuboso en las altas montañas. Este proyecto atenta contra la biodiversidad de los Andes tropicales porque se cree que este ecosistema es una “arca de ranas” ya que, se ha reportado la presencia de ranas en peligro de extinción y de nuevas especies.
Además, este bosque es el habitat de animales como el mono araña de cara marrón, el oso andino, el águila negra y castaña, el puma, el mono capuchino, el tucán chocó y el bagre andino. Y existen dos especies de arboles en peligro de extinción y la región es una de las más biodiversas para las orquídeas.
“Ecuador es tremendamente diverso en anfibios y habrá decenas de anfibios en peligro de extinción con este proyecto minero. Además, la minería violaría los derechos de la naturaleza que están consagrados en la constitución del Ecuador”, dijo Carlos Zorrilla, director ejecutivo de la organización ambiental Decoin (Defensa y Conservación Ecológica de Intag).
En 2008, Ecuador se convirtió en el primer país del mundo en reconocer los derechos de la naturaleza en su constitución, reconociendo que toda la naturaleza tiene derecho a existir y a recibir proteccion estatal.
Por ello, Zorrilla lidera un equipo de abogados y miembros de la comidad local para presentar su caso legal para bloquear la concesión de Llurimagua en las próximas semanas, pese a que el decreto 151 firmado por el gobierno apoya el desarrollo de la minería en el país.
“Nos oponemos al Decreto 151 porque claramente acelera el proceso extractivista en nuestro país”, dice Mario Ruiz, miembro de la asamblea nacional de Imbabura.
En Ecuador y en todo el mundo, necesitamos trazar líneas rojas y decir que áreas como esta, con alta biodiversidad y pueblos indígenas, deberían estar fuera del alcance de las mineras.
Fuente: The Guardian