El plástico es fundamental en nuestra vida moderna, presente en sectores desde la medicina hasta la automotriz, aunque su degradación plantea serios problemas de contaminación. Investigadores de la Universidad Estatal de Florida han desarrollado un plástico sostenible hecho de dióxido de carbono (CO2) y lignina, un subproducto de la industria papelera y de biocombustibles, para reducir emisiones y ofrecer una alternativa al plástico tradicional.
Este innovador material utiliza CO2 como materia prima para crear monómeros de carbonato cíclico, que pueden unirse para formar polímeros completamente degradables al final de su vida útil, sin generar microplásticos ni sustancias tóxicas. Además, el polímero puede reciclarse mediante depolimerización sin perder sus propiedades, permitiendo un reciclaje indefinido y sostenible, un gran avance en la economía circular.
Con potencial para ser utilizado en productos de bajo costo y corta vida útil, como envases y utensilios desechables, el equipo espera que en el futuro también pueda aplicarse en áreas especializadas, como biomateriales y almacenamiento de energía. Este estudio representa un paso hacia materiales plásticos que minimicen el impacto ambiental y promuevan la sostenibilidad.