A menudo escuchamos términos como «bio» o «eco» en productos, lo que nos lleva a pensar que estamos ayudando al medioambiente al comprarlos. Sin embargo, es importante comprender las diferencias entre estos conceptos para poder gestionar adecuadamente los residuos que generamos. Solo así podremos entender el verdadero impacto de los productos que elegimos.
Los bioplásticos son polímeros derivados de materiales biológicos como el maíz o la caña de azúcar. Pueden ser biobasados (de origen biológico) y biodegradables (se descomponen en el ambiente en un período de tiempo relativamente corto), o una combinación de ambos. A diferencia de los plásticos convencionales, los bioplásticos tienen un menor impacto ambiental. Como alternativa a los plásticos convencionales de vida corta, los bioplásticos ofrecen una vía más sostenible.
En cualquier caso, como alternativa a productos de vida corta fabricados con plásticos convencionales, los bioplásticos ofrecen una vía de desarrollo sostenible cada vez más necesaria. Actualmente, se están realizando más estudios sobre cómo optimizar el packaging de alimentos en una economía circular, lo que podría transformar significativamente la forma en que gestionamos los residuos plásticos y mejorar la sostenibilidad de nuestra industria. Sin embargo, aunque los bioplásticos presentan ventajas, su manejo adecuado después de su uso sigue siendo esencial para minimizar su impacto ambiental.