La fundación holandesa The Ocean Cleanup recorre el océano deslizando una pantalla submarina gigantesca atada a un tubo flotante de 600 metros. Su nueva tecnología pretende limpiar hasta 1,6 millones de kilómetros cuadrados en cinco años. Su éxito tan anhelado ha sido, sin embargo, sujeto de una controversia todavía latente en los medios y en las redes.
Los observadores del equipo holandés registran muchos incidentes de enredo e interacción entre el plástico que flota en el parche (The Great Pacific Garbage Patch) y los animales marinos. La salud del neuston, es decir, el conjunto de organismos microscópicos que se encuentran en la superficie es la principal motivación de la fundación.
Rebecca Helm, una bióloga especializada en gelatinas flotantes y profesora en la Universidad de Carolina del Norte en Asheville, está muy preocupada por este sistema masivo de limpieza: “Si en tan solo dos días se han llevado a 100 animalitos, lo que puede ocurrir en cinco años es muy alarmante”. Muchas especies dependen de los diminutos animales de la superficie. Si este sistema desaparece, toda la cadena marina se rompe.
Es por esto que tenemos que considerar que el plástico mal desechado afecta a todas las especies marinas, desde las más grandes hasta las más microscópicas.